También era la
persona que podía destruir mi mundo con una sola decisión.
Entré a ese bar
buscándolo.
Él me vio. Yo lo
vi.
La química
chisporroteaba entre nosotros, pero no.
Odiaba a Nate
Monson.
Lo odiaba con
todo lo que había en mí, aunque mi cuerpo no lo hiciera.
No importaba.
Nada de lo que
quería importaba.
Él pensaba que
yo quería echar un polvo.
Lo que quería
era que él desapareciera.
Pero primero,
tenía que decirle que tenía una hija.
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