Aunque había visto a la muchacha fugazmente desde la ventanilla de su carruaje, el joven príncipe sabía que debía hacerla suya. Pocos minutos después, Lady Katherine Saint John era secuestrada en una calle de Londres como una mujerzuela y llevada a una suntuosa mansión... para el placer de su admirados. Pero lo que el príncipe Dimitri halló en su cama fue una tigresa cautiva... consumida por una ira feroz hacia el " bárbaro " ruso que la había raptado... pero a quien, al mismo tiempo, deseaba con un ansia ajena a su comprensión...
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