Dana Steele, amaba su trabajo. Su carrera profesional de enfermería le había traído
gran alegría, una alegría que ella trató de compartir con todos sus pacientes.
Sin embargo, en todos sus años de cuidar a los enfermos, nunca conoció a un
paciente como Gannon van der Vere.
Gannon, estaba temporalmente ciego, y a pesar de sus horas de oración, bondad y gran
persistencia, Dana no podía penetrar la pared de la oscuridad. Pero en este
caso, Dana cometió un error, se enamoró de su paciente Y ahora, los únicos
remedios eran: un gramo de fe y un corazón lleno de esperanza.
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